martes, 10 de julio de 2012

La muerte del rey bufón.


Hace tiempo había nacido un mundo incoherente, dicho mundo tenía una forma imperfecta el cual albergaba dos reinos inmensos más grandes que ningún otro, uno de ellos era El reino de los bufones o el país de la felicidad los cuales en el vivían los Felicianos, gente que nunca había sentido la tristeza, la ira o el dolor, todos y cada uno de los que vivían allí  tenían una gran melena y siempre sonreían, también era conocido como la tierra del día eterno pues el sol nunca caía. Dicho reino era gobernado por el Señor de la Felicidad también conocido como el Rey de los bufones,  era un hombre que vestia con gran glamur, su pelo era tan largo que dicen que para que no tocara el suelo se le rizaba, su corona, era un gorro de bufón y tenía la sonrisa más grande de todo el reino, dice la leyenda que allí donde pisaba, la hierba crecía y la tierra volvía a recuperar su fertilidad, no importa cual trágica fuera la situación él podía reconfortar a cualquiera con su presencia y atraer la felicidad, los colores de su bandera era el rojo de la pasión.


El segundo reino un reino oscuro el cual la infelicidad y la desdicha imperaba, el reino de la tristeza, en ellos Vivian los Melancolianos, esta  gente solo conocía el dolor y la tristeza, la amargura retrataban su rostro y también se caracterizaban por su ausencia de pelo en sus cabezas, en dicho reino el amanecer nunca llegaría,  este lugar era gobernado por La señora de la tristeza también conocido como La reina de la tragedia, era calva con tez pálida,llevava puestas una serie de prendas andrajosas el cual mostraba partes eróticas de su proporcionado cuerpo y una corona de alambre de pinchos que se le incrustaba en la cabeza, dice la leyenda que allí donde pisaba ningún árbol volvería a crecer y que con su mera presencia la gente enloquecía en un mar de llantos mientras les invadía un abrumador sentimiento de odio hacia su propia vida, los colores de su bandera eran el azul el cual representaban a las lágrimas y la tristeza.

Los dos reinos estaban siempre en una guerra continua, una guerra sin fin, con ninguna tregua en el que las vidas de ambos bandos eran segados por doquier y en el que se disputaban a las personas que no era de ninguno de los 2 bandos, el balance de fuerzas estaba equilibrada  pero el Señor de la Felicidad se las había ingeniado para que las personas acudieran a él para liberarlas de su infortunio, era buscado mientras que la señora de la tristeza era rechazada, el equilibrio del mundo estaba decantado para el reino de la felicidad.

Un buen día La señora de la tristeza el cual siempre intentaba apoderarse del otro reino seguía maquinando como derrumbar al aparentemente invencible país de la felicidad, el problema era que si hacían una campaña para invadirlo directamente teniéndole a ella como terrateniente seria derrotada pues el enemigo en su propia casa tenia ventaja aunque El Señor a de la felicidad también tenía la misma limitación, asi pues ella pensando en una forma de atraer a su enemigo a su reino tomo una decisión, dio la máxima orden, una orden que una vez dada ni ella mismo podría revocar, se encerraría en su oscura habitación y ordeno a sus sirvientes que sellaran la entrada y hasta que no hallara una respuesta que no le dieran ni  de comer ni de beber… pasaron incontables horas los cuales su amargura se en sanchecia y con alla su poder.

Cuando el nivel de su desesperación llego al punto máximo, ella destruyo la puerta que la mantenía cautiva, exigió a sus sirvientes que le dieran de comer también de beber, pero estos se negaron, la señora de la tristeza lleno de ira se abrió paso ante sus soldados y sirvientes para poder tener algo que llevarse a la boca, pero no pudo conseguir ni una migaja de comida ni bebida ya que los soldados se deshacían de todo lo que ella pudiera alimentarse así que para poder conseguir algo de alimento huyo de su gran castillo y se adentró en la vegetación en busca de su sustento.

La señora de la tristeza con su rostro lleno de amargas lágrimas encontró un poblado de territorio neutral que tenía un rio en el que se precipito sobre el para beber de sus aguas, una vez que bebió del rio algo extraño empezó a ocurrir, la gente del poblado que había bebidode aquellas aguas perdían su pelo y una profunda depresión se apoderaba de ellos, entonces pudo darse cuenta de algo muy importante, con las lágrimas que caían de sus ojos el agua del rio se volvía turbia y que aquellos que la bebían pasaban automáticamente bajo su dominio, fue entonces cuando volvió a palacio con un inmenso ejército de soldados  depresivos diciendo:

Ya tengo la solución para conquistar de una vez por todas el reino de los felices, iniciemos un ataque masivo.

Fue entonces cuando la señora de la tristeza cargo con todo lo que tenía al país de la felicidad, en un inicio las fuerzas eran equivalentes, pero colocándose estratégicamente en las montañas en los puntos donde nacían los ríos ella derramaba sus lágrimas para que los felices bebieran de sus aguas y se transformaran en depresivos, en poco tiempo todo el territorio de el señor de la felicidad paso a ser del dominio del país de la tristeza.

El gran castillo del Rey bufón fue rodeado por completo por el inmenso ejercito de la señora de la tristeza,  el reino de la felicidad estaba al borde de desaparecer pero el señor de la felicidad no quería rendirse ante el azote de la tragedia, decidió arriesgarlo todo para poder derrotar al ejercito enemigo y decreto su máxima orden a sus hombres y fue el siguiente, defended las murallas del castillo y  luchar contra todo aquel que quiera entrar o destruir el corazón del país de la felicidad, no obstante quiero que me dejéis solo en la sala del trono y abráis la puerta principal del castillo y dejéis entrar a la señora de la tristeza con todo lo que ello acarrea, nadie estaba de acuerdo con este decreto pero nadie podía revocar una máxima orden una vez que esta era dada, así que eso es lo que hicieron, abrieron las puertas del castillo, la señora de la tristeza al ver que ese sitio no era defendido por nadie no se lo pensó mucho y entro al castillo ella y su fuerza de elite, no tardaron en llegar a la sala del trono viendo que el rey bufón estaba solo esperándole sentado apoyando sus manos en una espada que estaba clavada en el suelo.

La señora de la tristeza empuñando su propia espada hablo diciéndole a su enemigo.

Señora de la tristeza: Mi victoria es inminente, tira tu espada y júrame lealtad y entonces te dejare vivir.

El señor de la felicidad se levantó de su trono y encaro a su enemiga contestándole.

Rey Bufón: Jamás si me dejo vencer por ti el mundo será sumido en una noche eterna y eso no lo puedo permitir, pienso luchar hasta el final para proteger la felicidad de los demás aunque ello suponga mi muerte.

La señora de la tristeza limpiando las lágrimas de sus ojos se enfureció y contestó.

Señora de la tristeza: ¡Pues si no quieres sublevarte ante mí entonces tendrás que perecer y pasar al olvido eterno!

Entonces la señora de la tristeza  apunto con su espada al señor de la felicidad y ordeno a toda  su guardia personal que le atacara, todos los soldados cargaron de golpe contra el rey bufón pero la gran mayoría caía como el trigo sucumbe ante la guadaña al ser segada, la fuerza del rey bufón era inmensa,  pero aun así no se libró de recibir alguna que otra herida, era un espectáculo macabro ya que bailaba a la par que partía en dos a sus enemigos sin ni siquiera borrársele la gran sonrisa que tenía en su cara, era un espectaculo bizarro, la señora de la tristeza ante semejante actos sintió un gran terror, pero no el suficiente como para que su ira y su odio la aplacaran de luchar con todas sus fuerzas.

Una vez que toda la guarda real de la señora de la tristeza sucumbió, los 2 monarcas se enfrentaron en una lucha a muerte el cual solo podía quedar 1, la disputa era tan violenta que a cada choque de espada ocasionaba un gran temblor, derrubando una parte del castillo con cada movimiento, ¡todo caía en pedazos!, los soldados de ambos bandos, aterrados, dejaron de luchar para ver una pelea entre dos deidades, aquello duro mucho tiempo, del gran castillo que se erigía en el reino de la felicidad ya no quedaba nada, solo ruinas por doquier, el pueblo que a lo lejos contemplaba con sobrecogimiento la batalla de una lucha que parecía no tener fin.

El señor de la felicidad Sonreía feliz en la euforia de la lucha, mientras que la señora de la tristeza gritaba de desesperación deseando que todo acabara, los 2 sabían que si no paraban de defenderse el uno del otro no podrían herir a su enemigo, su fuerza era similar, así que el señor de la felicidad hizo algo arriesgado, dejo que el último ataque de la señora de la tristeza ensartara en su cuerpo, pero el también clavaria su espada en la de su enemigo, el resultado fue que ambos hundieron sus mandobles en el pecho de su oponente.

Aunque la tristeza, la esencia del sufrimiento eran una fuente de poder para la señora de la tristeza, pero tambien resulto ser la fuente de su debilidad, con aquella estocada  sentia el inmenso dolor de la espada que la atravesaba no pudo sacarseel arma  de su némesis, en cambio el señor de la felicidad como no podía sentir dolor alguno, siguió sonriendo e ignorando su propia herida saco su espada de su oponente para despedazarla a ella en dos.

La reina de la tragedia estaba en el suelo sin caderas con mitad del cuerpo mirando el cielo boca arriba, aún estaba con vida, sintiendo una agonía sin igual, la humillación de ser vencida, sabiendo que estaba a punto de morir hacía que se retorciera como nunca, el señor de la felicidad le producía repulsión el dolor y  tristeza ajenas, tanto que no podía aguantar el ver como su enemiga se retorcía, este no podía parar de sonreír aunque así lo quería en ese momento, se acercó lentamente a ella para darle el golpe de gracia para cortar de raíz su sufrimiento, pero antes de que ensartara su espada en la cabeza ella le pregunto.

Señora de la tristeza: ¿Qué es la felicidad? ¿Qué es para que para ti merezca tanto la pena defenderla?

El señor de la felicidad se detuvo y no supo que responder, él era el señor de la felicidad, fuente de toda la felicidad que existe en el mundo he irónicamente no tenía  palabras para definir que era la felicidad  y le contesto.

-El señor de la felicidad: Aunque sea el señor de  la felicidad, no sé contestarte a lo que me preguntas, pero como esencia misma de esta  no dejare que te marches sin darte una respuesta apropiada.

Entonces el rey bufón se arrodillo ante su enemiga,  la cogió en brazos, con su poder corto la hemorragia de su cuerpo y le dio a su enemiga su primer y último beso.

 La señora de la tristeza perdió la palidez de su piel, su rostro amargo se llenó de calma y de su  cabeza calva empezó a crecer una hermosa cabellera negra, brillante, liacia, antes de exhalar su último aliento se quitó su corona de espino, lo deposito de su enemigo victorioso y le dijo.

Señora de la tristeza: Nunca dejes que alguien como yo vuelva a nacer.

La batalla había finalizado, el señor de la felicidad había podido vencer a una enemiga la cual aparentemente él no podía hacer frente, pero algo que él no se esperaba ocurrió, el empezó a llorar, cuando una de sus lágrimas toco el cuerpo de la señora de la tristeza ella se fundió en el aire dejando únicamente su corona en su mano y con la sangre que se derramo de la ya fallecida monarca apareció un mensaje escrito en el suelo.

Cuando alguien se coloque esta corona en su cabeza un nuevo rey de la tragedia nacerá.

El rey bufón entendió que aunque  había vencido a su rival, no podía evitar que algún día un nuevo señor oscuro volviera a nacer, pero tampoco quería destruir la corona de su enemiga, era lo único que quedaba, que demostraba que ella había existido alguna vez, no podía hacerlo así que tomo una decisión, miro a sus soldados y a sus enemigos y les dijo.

Rey Bufón: No puedo dejar que nazca de nuevo un ente de la tristeza, así que  para evitar que la tragedia se repita no tengo más remedio que desaparecer.

El rey bufón cogió la corona de alambre y se lo puso encima de su sombrero de bufón, entonces fue cuando sintió la herida de la espada de su enemiga y se empezó a retorcer.

El señor de la felicidad se empezó a convertir en un humo negro el cual rodeo todas las ruinas del castillo, nadie lo noto en ese momento, pero el sol que siempre estaba en lo alto del reino feliz se empezó a mover, eventualmente el aire disperso todo el humo negro  y se pudo ver en medio a un hombre que nunca antes nadie había visto.

El hombre era alto, fuerte, con el cabello no corto pero tampoco largo castaño y rizado, tenía un sombrero con forma cilíndrica con 2 símbolos, arriba + que simbolizaba el cátodo, a bajo un – que simbolizaba el ánodo de una Pila, su ropa no era elegante pero tampoco andrajosa, era humilde, un pantalón azul con una camiseta roja con la misma tonalidad que el color de las 2 banderas, en su pecho habia el dibujo de un corazon, su rostro no tenían expresión ni de felicidad ni de tristeza, no obstante aquel hombre que se alzaba en las ruinas estaba llorando.

Los soldados de ambos lados se reunieron a su alrededor desconcertados sin saber que tenían que hacer hasta que un Feliciano pregunto.

¿Ahora que tenemos que hacer mi rey?

El nuevo ser que acababa de nacer contesto:

Yo ya no soy vuestro rey, el rey bufón el cual conocíais como el señor de la felicidad ha muerto no pertenezco aquí, yo ya no pertenezco a ningun lugar, no tengo sitio al que volver, con lo cual iré a cualquier parte en busca de un lugar para mí.

Los tristes y los felices siguieron a aquel hombre y le preguntaron, ¿Pero vos que sois el único que podéis reinar si se marcha que será de nosotros?

Y entonces el nuevo ser respondió:

Curad las heridas de vuestros enemigos, dadles cobijo a aquellos que no tengan donde ir por culpa de la guerra y una vez que ambos pueblos se comprendan, tal vez yo tenga un lugar al que regresar.

Y siguió caminando hasta que desapareció de los ojos de aquellos que lo habían visto nacer mientras el sol le seguia.

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